LA PESADILLA
Todos los días es el mismo sueño, siento la fría cuchilla de la muerte rozar mi piel. Mis pupilas se dilatan sólo con recordar ese momento. Jamás me planteé cómo morir, jamás imaginé la angustia que se siente. Sin embargo, ahí no acaba mi sueño. Después siento cómo la gruesa soga de la rutina, aprieta mis manos y mis pies. Puedo ver a mi secuestrador, la sociedad, cómo me mira fríamente sin inmutarse. El corazón late a mil. La avaricia de vivir más años y la desesperación de no verlos cumplidos hizo que mi valentía se inclinara por el miedo. En ese momento se aprende a rezar sin saber, a pedir y prometer... las lágrimas de la tristeza, los recuerdos de un amor,... sentía cómo la añoranza recorría lo más frío de mi estómago. Pero, a pesar de todo, en mi corazón aún quedaba, aunque fuera una pizca de lo que caracteriza al ser homano... LA ESPERANZA
Editor: Juan Carlos Berlanga 2º A